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martes, 8 de septiembre de 2015

El Hermetismo: Discreción Esotérica


 “Saber hablar cuando se debe hablar; saber callar cuando se debe callar” (esto es Ley, no solamente para el Mundo Físico, para el Mundo Exterior, sino también para el Mundo Interior). V.M. Samael


Dentro de las Escuelas Esotéricas, se ve con mucha frecuencia a ciertas personas que muy abiertamente, ya no tanto en público "externo", pero si frente al "público" interno, o sea, frente a la hermandad, se despachan hablando de que tuvieron esta u otra experiencia en el astral, o que su primera experiencia "clarividente" fue tal o cual... etc.

Precisamente su justificación para tal conducta es que "estamos en una escuela esotérica", donde aparentemente es lo mas normal estar viviendo experiencias esotéricas, valga la redundancia. Incluso llegan a citar parte de los textos sagrados: "el disimulo es un crimen; no hay mentiras entre hermanos"

Si embargo, el ego de estas personas parece que desconoce la regla más elemental del esoterismo y del Hermetismo. Que se sintetiza en la solemne frase: "El que lo sabe, no lo dice. Y el que lo dice, no lo sabe". Porque: "El Silencio es la elocuencia de la Sabiduría". 

Nos dice el Maestro Samael: “Saber hablar cuando se debe hablar; saber callar cuando se debe callar” (esto es Ley, no solamente para el Mundo Físico, para el Mundo Exterior, sino también para el Mundo Interior).

Algunos de estos personajes podrían argumentar que hay cierta hipocresía en el asunto, y que eso es falsa modestia, o que algunos se quieren hacer pasar como si fueran más iniciados que los mismos Maestros con tanto silencio.

Pero lo cierto es que el gnosticismo, bien entendido, es una escuela "hermética". Entiéndase el adjetivo "hermético", como la cualidad de una escuela que se deriva de las enseñanzas del antiguo y mítico Hermes Trismegisto (entre los griegos: El Tres veces Grande) (O entre los romanos: Mercurius Máximus: Mercurio el Más Grande ) (y entre los egipcios: El Dios Ibis de Thot, el "escriba" del templo).Estas enseñanzas arcaicas se centraron más en ser esotéricas u ocultas, donde la Regla Regia era EL SILENCIO.

También nos llega desde una antigüedad remota, puesta en el tapete de estos dos siglos pasados por Eliphas Levy, la sabiduría de los Cuatro Verbos Sagrados: Querer, Saber, Osar y Callar. Y su conjugación mágica entre ellos. Se dice que el Iniciado debe: "Querer Saber, Querer Osar y Querer CALLAR". Debe "Saber Querer", "Saber Osar" y "SABER CALLAR". Muy especialmente, "Callar lo que Quiere", "CALLAR LO QUE SABE" y "Callar en que se atreve".

Si un aspirante de la Senda no cumplía con estas "indicaciones sagradas", no era admitido en el selecto grupo de los "iniciados".

También es interesante recordar, como materia de reflexión, que para ser admitido en la Escuela de Misterios del famoso Pitágoras, debía pasarse la prueba del SILENCIO, unos cinco años sin decir palabra.

Y por qué no traer también en este tema, un detalle que puede apreciarse en el Museo Metropolitano de Arte, en Nueva York, donde se ve una terrible máscara ritual con los labios cosidos. Para el buen entendedor sobran las palabras.


Es decir, sobreabunda en la literatura esotérica seria el tema del "silencio prudente", que siempre conservan los verdaderos iniciados y adeptos.

Y por qué esto es así?. 

Fíjese que no hemos dicho: "Y por qué esto DEBE SER así?". Hay una enorme y sutil diferencia entre ambas expresiones.

La última implica una obligación, casi una imposición y al mismo tiempo una prueba de obediencia para el aspirante que aún no ha cruzado el umbral hacia los mundos internos, pero que ya comienza a avisorar el horizonte interior. Comienza a tener experiencias pero aun no tiene la madurez para encajarlas apropiadamente en el contexto de su Obra, por tanto debe apegarse al precepto aunque no lo comprenda en su verdadera y total dimensión.

Sin embargo, ya un verdadero Adepto o Maestro ha encarnado esa virtud, es parte de El, el "silencio prudencial" se vuelve uno con El. La verdadera naturaleza esencial de un Maestro es su "nadidad" frente a Dios y así lo ha entendido, de modo que esa humildad conquistada en el duro Trabajo sobre Sí Mismo se manifiesta de forma natural en sus expresiones, ya en este mundo, o en los Mundos Internos.

Por eso aquel que habla y cuenta, y que se regodea internamente de sus pequeños pasos en los mundos internos, demuestra a todas luces que no tiene la madurez necesaria para avanzar en este Camino, y que lo que está alimentando no es mas que una terrible mitomanía, defecto que sabemos por el Maestro, lo que hace es que lo aleja de su Real Ser.

Como dato interesante podemos explorar las Sagradas Escrituras y encontraremos los siguientes pasajes:

Mateo 6:3
Mas cuando tú des limosna, no sepa tu mano izquierda lo que hace tu mano derecha.

Mateo 6:2 Por eso, cuando des limosna, no toques trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa.

Y aún mas interesantes y significativos son  los siguientes:

Mateo 8:4 Entonces Jesús le dijo: Mira, no se lo digas a nadie, sino ve, muéstrate al sacerdote y presenta la ofrenda que ordenó Moisés, para que les sirva de testimonio a ellos.

Mateo 9:30 Y se les abrieron los ojos (es decir, despertaron la conciencia). Y Jesús les advirtió rigurosamente, diciendo: Mirad que nadie lo sepa.

Qué nos dice el Maestro Samael?

Para desarrollar la clarividencia es necesario saber callar; el vidente que cuenta sus visiones no sirve, debe ser expulsado de los santuarios gnósticos por sacrílego. Cuando hacemos girar el chacra frontal las imágenes se reflejan llenas de luz, color y sonido, esa es la clarividencia ejercitada; El clarividente debe saber sufrir, saber callar, saber abstenerse y saber morir
(Los Misterios Mayores)

En otro lugar nos enseña el Maestro lo siguiente...

El clarividente debe ser prudente y antes de anunciar a un maestro, aguardar con paciencia muchos años para ver cómo se comporta en la vida el hombre de carne y hueso, el Bodhisattva Terrenal. El Maestro puede ser muy Grande allá arriba, pero el hombre de carne y hueso aquí abajo, es peligroso.
En todo caso por sus frutos los conoceréis.
(Nociones Fundamentales de Endocrinologia y Criminologia)
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El yo habla de honores, busca satisfacciones, está sujeto al gusto y al disgusto; toda imperfección en nosotros es del horrible yo. El Ser está más allá del gusto, del disgusto, del placer, del dolor, del intelecto y de la razón. Hay que matar al yo para que nazca el Ser. El yo goza exhibiendo poderes. Desdichado el iniciado que se mete ha hacerle profecías a la gente, morirán asesinados por no saber callar.
(Los Misterios Mayores).
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Aquí el Maestro nos explica qué necesitamos para calificar las iniciaciones:
Es necesario, pues, comprender todo esto profundamente. No codiciar Iniciaciones, ¡no señor! Se necesita trabajar para merecerlas, y después de merecidas no “inflarse”, porque si se “infla”, no califica.

Se necesita acabar son el engreimiento, si es que se quiere llegar a calificar. 

El engreimiento es el peor enemigo de las calificaciones, porque alguno puede engreírse por el dinero, otro puede engreírse por la posición social, otro puede engreírse por las Iniciaciones, y SI SE ENGRÍE POR LAS INICIACIONES, sencillamente NO CALIFICA

¿Por qué? Porque ¿cómo podría uno disolver el Yo si está engreído? Si uno está convencido, por ejemplo, está engreído de que es, dijéramos qué..., caritativo pongamos, porque hace unas cuantas limosnas, y se engríe de que por eso es un hombre caritativo, que da limosnas a todo el mundo, ¿no? Mientras permanezca en ese engreimiento, será incapaz de descubrir su propia crueldad; y mientras no haya eliminado el Yo de la crueldad, no poseerá de verdad, en sí mismo, la Virtud de la Caridad.

Nos dice el Maestro en el Libro Amarillo:
Lo importante en el ocultismo es la práctica. Ya la gente está cansada de teorías; ahora se necesita ocultismo práctico. Los teorizantes ni hacen ni dejan hacer. El estudiante no debe perder el tiempo teorizando. Es mejor practicar callado. Guardar en secreto los triunfos. Se debe guardar mucho silencio porque esta ciencia es secreta. Es mejor callar. Así nos evitamos las burlas de los teorizantes inútiles, que ni hacen ni dejan hacer, esos son parásitos sociales.

Y este texto es sumamente importante:
Para que se desarrollen los Poderes, se necesita, pues, aprender a respetar a los demás, no meterse uno en la vida privada de las gentes. Aunque a simple vista vea el Aura de las personas, debe saber disimular, es decir, saberlo callar; ver la cosa y guardar silencio. Si así procede uno, se le desarrolla armoniosamente el Chakra ese (espléndido) de la Clarividencia.
(Los Tres Peldaños del Conocimiento Iniciático. Conf.)

Y tú hermano, comprendes la necesidad del Silencio Prudencial?


Reflexionemos...

Paz Inverencial.