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domingo, 15 de diciembre de 2013

Meditación 03: La Meditación de Auto-observación

La Meditación de Auto-Observación

Una de las formas de meditar aparentemente simple, pero que esconde un alto grado de dificultad, es la Meditación para Auto-Observarnos.

Es lo que se conoce como "Meditación sin semilla", sin tema de concentración.

El Maestro Samael indica que esta parte de la meditación va ocurriendo cuando vamos tratando de alcanzar el estado de Pratyara (Mente quieta).

Durante este proceso el objetivo fundamental es observar "todo" lo que acontece en nosotros durante esa fase: observar los pensamientos, emociones, actitudes, imágenes, recuerdos, etc. a medida que van aflorando en nuestro campo concientivo. Todo esto con el propósito de conocer al ego, conocernos a nosotros mismos.

La actitud correcta durante esta fase es la de OBSERVAR sin discurrir, sin verbalizar, sin argumentar, para dejar que sea la conciencia la que perciba los motivos ocultos, las razones del ego. Requisito fundamental: la NO IDENTIFICACION con ABSOLUTAMENTE NADA.

El resultado es que la mente, a través de ese proceso de observación de nuestra psiquis, sobre todo en su parte subconciente, a través de la técnica de "tomar conciencia" de lo que venga, observarlo, comprenderlo y... olvidarlo, la mente, repetimos, va quedando gradualmente en absoluto silencio.

Una vez alcanzado el estado de mente quieta (Pratyara), el meditante procede a concentrarse en el tema de su meditación, y continúa con las demás fases de ésta.

Pero el resultado de esta práctica es maravilloso, pues el estudiante o meditante consigue hacer una introspección y claridad de la cadena de agregados que afloraron, y que luego puede someter a estudio de manera individual.

Por encontrar muy interesante lo que aparece en internet, colocamos la información siguiente:

Vipassana es una de las técnicas de meditación más antiguas de la India. Estuvo perdida durante siglos para la humanidad, y fue redescubierta por Buda Gautama hace más de 2.600 años. Vipassana significa ver las cosas tal y como son en realidad. La meditación Vipásana nos lleva hacia la libertad y la claridad de nuestra naturaleza esencial.
Es un proceso de auto-purificación mediante la auto-observación. Se comienza observando la respiración natural para concentrar la mente y luego, con la conciencia agudizada, se procede a observar la naturaleza cambiante del cuerpo y de la mente y se experimentan las verdades universales de la impermanencia, el sufrimiento y la ausencia de ego.
Este es el proceso de purificación: el conocimiento de la verdad a través de la experiencia directa. Todo el camino (Dhamma) es un remedio universal para problemas universales y no tiene nada que ver con ninguna religión organizada ni con una secta. Por esta razón, todo el mundo puede practicarla libremente en cualquier momento y lugar, sin que se produzcan conflictos por motivos de raza, comunidad o religión a la que se pertenezca; es igualmente beneficiosa para todos y cada uno de los que la practican.
Vipassana es una técnica de meditación budista. Constituye una de las principales técnicas de meditación del budismo theravāda, aunque también aparece en formas algo distintas en el budismo mahāyāna y vajrayāna.
La meditación vipassana es una técnica de autodiscernimiento basada en la observación de la mente y la materia y sus aspectos de impermanencia, insatisfacción y falta de una esencia inherente e independiente o «yo».


Nos dice el Maestro Samael, en una conferencia de audio titulada "Mecanismos Efímeros de la Mente", lo siguiente:
En la Meditación, mis caros hermanos, debemos en primer lugar, colocar nuestro cuerpo en la forma más cómoda. Algunos prefieren meditar sentados, hay quienes prefieren hacerlo en la postura oriental, otros prefieren acostarse en el suelo con las piernas y los brazos abiertos, en la forma de la Estrella Flamígera, que es, dijéramos, la forma de Meditación para Maestros, la forma superior; y cada cual, pues, puede escoger la posición que considere más cómoda.

Cerrar luego los ojos para que nada de las cosas del mundo nos distraiga. 

Y luego, observar a nuestra propia Mente en acción: si un pensamiento nos viene ESTUDIARLO, OBSERVARLO cuidadosamente, COMPRENDERLO profundamente y luego OLVIDARLO.

Si un recuerdo adviene, hay que hacer lo mismo: estudiarlo, sopesarlo, medirlo, y olvidarlo después de haberlo comprendido a fondo, íntegramente, totalmente.

Si un deseo cualquiera viene, pues, bueno, vamos a estudiar el deseo, a profundizarlo, a ver qué es lo que tiene de real, luego olvidarlo.

Cada pensamiento, cada deseo, cada recuerdo, cada idea, etc., etc., etc., debe ser rigurosamente estudiado, comprendido a fondo.

Así es como VAMOS CONOCIENDO NUESTRO EGO, nuestro Yo, nuestro mí mismo; porque todo eso que nos viene a la Mente cuando intentamos meditar, todo eso que intenta sabotearnos el trabajo es nuestro propio Ego, nuestros propios deseos. Porque nuestro Ego son nuestros pensamientos, nuestros deseos, nuestras ideas, nuestras apetencias, nuestros temores, nuestros odios, nuestras envidias, nuestros egoísmo, nuestras lujurias, nuestros orgullos, etc...

Así pues, que en Meditación vamos viendo lo que va apareciendo, vamos viendo nuestro propio Ego, el cual tiene un principio y tiene un fin; es como un ovillo de hilo, por ejemplo: Tiene su principio y tiene su fin. Así es el Ego, mis caros hermanos: tiene un principio y tiene un fin...

Una vez que ha concluido todo el film, dijéramos, de la pantalla, toda la procesión aquella del Yo, todo ese encadenamiento de deseos, apetencias, temores, recuerdos, odios, etc., la Mente queda, obviamente, quieta y en el más profundo silencio. 

Y entonces, es natural que la Esencia, la Conciencia que llevamos dentro, se desembotella de entre la Mente, se libera; y así venimos a EXPERIMENTAR LO REAL, eso que es la verdad, ¿entendido?.